La tragedia había cooptado casi el total de la población en aquella ruinosa ciudad que en el pasado hacían llamar ''Bahía del Wuhan''. Hacia unos meses que habían perdido a Natali en una expedición a la superficie en busca de información y recursos en los devastados edificios de la Biblioteca Rivadavia, y la desesperación empezaban a aumentar ya que las chances de sobrevivir disminuían.
En un acto de incertidumbre y desesperación, Brunet y Marche toman la iniciativa de ir en busca de Natali frente a las advertencias de Ulloa que se dirigía e ellos con severidad.
–¡Ustedes están locos!, ¿tiene idea de lo que van a hacer? ¡lo único que van a lograr es que los maten!. ¡Natali cometió un gran error al aventurarse solo a la superficie y lo mas probable es que halla pagado por su insensatez!. ¿Que posibilidades hay de que este vivo?.
Pero estas advertencias no detuvieron la voluntad de Brunet y Marche, ya que para ellos, ya estaban condenados. La única posibilidad que veían para sobrevivir estaba en la superficie y con suerte poder encontrar algún atisbo sobre el paradero de Natali.