Natali emerge de su refugio en las alcantarillas protegido por un traje improvisado de hiperventilación para protegerse de cualquier entidad patógena que pueda irrumpir en su cuerpo; la tarea del día: dedicarse a explorar los derruidos anaqueles del abandonado edificio de la biblioteca Rivadavia en búsqueda de información relevante (si es posible, intentará capturar alguna pequeña variedad de mamífero, en pos de obtener un espécimen para ser estudiado en las instalaciones subterráneas.